Dayuma Guayasamín: La Vanguardia del Color desde 1978
Desde 1978, Dayuma Guayasamín ha construido un personalidad intrincada y colorida de arte que captura no solo la esencia visual de la realidad cotidiana, sino también su esencia emocional y espiritual. Su obra, que abrazó la pintura como medio de expresión desde muy temprano, manifiesta un compromiso inquebrantable con el color, que no es solo un componente de su arte, sino un reflejo de ella misma y su percepción del mundo.
En el universo pictórico de Dayuma, el color es el protagonista indiscutible. Su obra, densa y vibrante, refleja un entendimiento profundo de cómo los colores interactúan entre sí y cómo pueden utilizarse para mostrar un mundo “bello”.
Un observador casual podría decir: “Dayuma anda trabajando duro en eso de hacer dibujos y pinturas”. Pero su dedicación va más allá del simple acto de crear; se trata de un compromiso con la autenticidad, con representar la realidad cotidiana de una manera que sea tanto fiel como innovadora. Ella no se conforma con replicar lo que ve; reinventa y reinterpreta, dotando a lo mundano de un brillo y una profundidad inesperados.
Dejando atrás técnicas más tradicionales y restrictivas, Dayuma “ha dejado a un lado el pincel delgado y el dibujo puro y se lanza con desenvoltura, con pinceladas gruesas y decididas a representar de manera muy personal la realidad cotidiana”. Este enfoque audaz y confiado le permite capturar la energía y el dinamismo de la vida diaria, con todas sus complejidades y contradicciones, de una manera que es visceral y directamente accesible.
Es evidente en su obra un proceso continuo de experimentación y reinvención. Dayuma "reconstruye su mundo plástico con una visión pura y con detalles inesperados, donde siempre está presente el color como sustancia de ella misma". Cada pieza es un diálogo entre su visión interna y el mundo externo, un equilibrio delicado entre la forma y el contenido, con el color sirviendo como el medio esencial de expresión y comunicación.